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Autor: Portal The Food Tech
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En los últimos años ha incrementado el valor que se le da al cuidado personal desde un enfoque saludable. Esta tendencia ha cambiado la forma en que los consumidores enfrentan distintos aspectos de su vida cotidiana, despertando el interés por las fibras prebióticas.
¿Por qué ha sido así? Resulta que la comunidad científica ha concluido que la microbiota no sólo es el hábitat que aloja a la flora intestinal, sino que además tiene un rol fundamental en la respuesta inmune del organismo debido a que 70% de las células inmunes se alojan en ella.
Asimismo, ha aumentado el conocimiento respecto de otras de sus funciones a nivel nutricional y como órgano regulador de la inflamación sistémica. Por ello, mantenerla en buen estado es una prioridad en la que las fibras prebióticas son de gran apoyo.
No es ningún secreto que los 100 billones de microorganismos que se alojan en el intestino grueso conforman el ecosistema de la microbiota, con la que se equilibran funciones metabólicas y se resguarda la salud.
Incluso, algunos investigadores han llegado a llamarle “el segundo genoma humano”, dado a la comparación entre los 20 a 25 mil genes que posee cada individuo, y los tres millones de genes que albergan los microorganismos que habitan en nuestro intestino.
Esta mezcla de organismos vivos influye en el cuerpo desde el entorno intestinal. En este punto, el equilibrio entre bacterias benéficas, neutras y patógenas es fundamental para mantener una microbiota sana que nos permita gozar de una vida óptima.
Por fortuna, ahora está claro que los prebióticos actúan como un soporte para las bacterias beneficiosas que se encuentran en el intestino. Su presencia ayuda a que prosperen, se multipliquen y consoliden una comunidad propicia para el bienestar.
Estos hallazgos han cobrado fuerza desde la década de 1980, cuando la comunidad científica se propuso identificar a los nutrientes que actúan como sustento de las bacterias benéficas que se alojan en la microbiota.
Desde entonces, han surgido múltiples tendencias que responden a las preferencias de los consumidores y se han realizado diversos estudios para dar seguimiento al potencial descubierto en las fibras prebióticas.
A la fecha, las fibras prebióticas se identifican como soluciones prometedoras para la salud. De hecho, los "prebióticos" se definen como "un sustrato utilizado selectivamente por los microorganismos del huésped, confiriéndole un beneficio para la salud”.
Al respecto, Grand View Research ha dado a conocer mediante un informe, que el mercado mundial de alimentos y bebidas que son ricos en prebióticos ha tenido un crecimiento exponencial sin precedentes.
Según afirma la compañía consultora de mercado, tan sólo en 2021, el mercado mundial de prebióticos se valoró en 6,050 millones de dólares. A partir de entonces, se espera que mantenga una tasa de crecimiento anual compuesto del 14,9% hasta el año 2030.
Las causas detrás de este suceso se encuentran en la conciencia cada vez más desarrollada entre la población que está atenta a su salud intestinal. Mordor Intelligence enlista algunos momentos clave que han contribuido en el desarrollo de este mercado:
Concretamente en México, BENEO ha realizado estudios en conjunto con One Inch Whale para concluir que:
Entre las múltiples opciones de fibras prebióticas que se encuentran actualmente en el mercado, sólo tres ingredientes cuentan con investigaciones sustanciales avaladas por la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP).
Entre los análisis para obtener dicho aval, se han realizado ensayos en humanos, mediante los que se hace válido reclamar legítimamente el título de prebióticos probados. Dichos ingredientes son:
Tanto a la inulina como a la oligofructosa cuentan con el respaldo de 30 años de estudios clínicos en humanos, por lo que se consideran los prebióticos con beneficios para la salud mejor fundamentados a la fecha.
Por si fuera poco, existen más de 80 estudios que determinan el valor de las fibras de raíz de achicoria como prebióticos bien tolerados.
La inulina Orafti® de BENEO se produce de forma natural en múltiples plantas y verduras. Ya que la raíz de achicoria es especialmente rica en fructanos de inulina, se usa agua caliente durante su extracción y posteriormente se purifica para dejar un buen sabor y una textura cremosa.
Su uso en productos bajos en grasas mejora la consistencia y la sensación en boca. También disminuye el valor calórico y mejora la estabilidad del alimento o bebida en que se use.
Además, la inulina se incorpora fácilmente a productos alimentarios húmedos y semihúmedos. Entre las aplicaciones en alimentos que se le pueden dar se encuentran:
Por su parte, la oligofructosa Orafti® de BENEO es una fibra dietética soluble que actúa como un fructano que se obtiene a partir de la inulina mediante proceso de hidrólisis enzimática parcial. Esto se da naturalmente en la raíz de achicoria, cerca del final de su cosecha, por lo que su origen es completamente vegetal.
Tras esta hidrólisis enzimática, la oligofructosa se purifica para alcanzar los requisitos de calidad más exigentes, entre los que se incluyen las necesidades de nutrición infantil entre la población.
Más allá de actuar como fibra prebiótica, presenta un dulzor mínimo del 30% en comparación con la sacarosa. Su sabor ligeramente dulce permite que se emplee como un reductor natural de azúcar, con menos calorías y mayor contenido de fibra.
En ocasiones, se llega a combinar con edulcorantes para equilibrar el sabor que éstos dejen en boca. Entre las aplicaciones alimentarias que se le dan, se incluyen:
Fuente: thefoodtech.com
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